Bajo el estrés combinado del crecimiento demográfico y las actuales tendencias de calentamiento, muchas naciones africanas enfrentarán crecientes déficits en la producción de alimentos en las próximas décadas.

Crédito: Rod Waddington/Flickr, CC BY-SA 2.0
África tiene una de las tasas de crecimiento demográfico más rápidas del mundo. Los modelos de crecimiento proyectan que la población actual del continente de alrededor de 1300 millones de personas casi se duplicará a 2500 millones para 2050, y es probable que siga creciendo más allá de eso.
Al mismo tiempo, la desnutrición está muy extendida en África (el 21 % de la población se enfrenta a la inseguridad alimentaria) y el continente es especialmente vulnerable al cambio climático. Las regiones más cálidas ya están experimentando la desertificación, y las áreas de baja productividad agrícola son susceptibles a las crisis climáticas por el clima adverso, la sequía, las inundaciones y las precipitaciones irregulares. Los efectos combinados del crecimiento de la población y el cambio climático plantean una pregunta seria para el continente: ¿Cómo alimentará África a su creciente población en condiciones cada vez más hostiles?
Beltran-Peña y D’Odorico aplicaron los resultados de los modelos agrohidrológicos, climáticos y socioeconómicos para evaluar la autosuficiencia alimentaria y la vulnerabilidad climática de 49 países africanos en un escenario en el que la temperatura global promedio es de 3 °C por encima de los niveles preindustriales a finales de este siglo. Descubrieron que, con un clima 3 °C más cálido, África se enfrentará a un grave desajuste entre el tamaño de la población y la autonomía alimentaria. Para 2075, la producción de alimentos en África podrá alimentar solo a 1350 millones de los 3500 millones de personas estimadas, un hallazgo que ya representa una mayor productividad agrícola a través de mejores prácticas de riego y sostenibles.
Bajo este escenario climático, las naciones africanas tendrán que expandir las tierras de cultivo y depender más de las importaciones de alimentos. Ambos enfoques tienen inconvenientes: la expansión de las tierras de cultivo conlleva ramificaciones ecológicas potencialmente desastrosas, mientras que la dependencia de las importaciones haría que África fuera más susceptible a la volatilidad de los precios mundiales de los alimentos. El análisis indicó que África oriental y occidental tendrán las necesidades de importación más importantes.
La investigación también sugirió pasos para abordar el sombrío pronóstico. Aumentar la proporción de alimentos de origen vegetal que se consumen y mejorar el almacenamiento de agua, en particular en las regiones áridas, puede ayudar a mitigar la creciente inseguridad alimentaria, por ejemplo. Además, reducir a la mitad las tasas actuales de pérdida y desperdicio de alimentos podría impulsar la producción nacional de alimentos y alimentar a 130 millones de personas más. Sin embargo, señalan los investigadores, estas soluciones no eliminarán los déficits de alimentos proyectados en el continente.
El segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas es acabar con el hambre y la desnutrición. Esta investigación sugiere que este objetivo puede no ser factible en África bajo el paradigma actual de emisiones y calentamiento.
(El futuro de laTierra,https://doi.org/10.1029/2022EF002651, 2022)
Fuente: Eos, Magazine of the American Geophysical Union (AGU)/ Earth’s Future.
Artículo original: Sidder, A. (2022), Food deficits in Africa will grow in a warmer world, Eos, 103, https://doi.org/10.1029/2022EO220482. Published on 5 October 2022.
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